Perra y todo

Tiro la moneda al piso.
Suerte a dos caras.
Siempre lo mismo.

Siempre fuiste lo mismo.
Suerte. Mala. Traidora.
Empujada siempre al abismo.
Como perra y como todo.

Corto la cara, el rostro.
De valor de monedas hablo.
Suerte a dos caras o suerte del diablo?

Siempre fuiste perra.
Absurda perra y todo
Pues te disfrazas de cordero y abogas
A dientes mezquinos de zorra
Más digo perra.
Ya ni absurda, ya ni nada.

Ante el mundo solo perra
Ante mí perra y todo.

Compasion

Colgate de mis mejillas. Apretálas.
Dejalas coloradas. Haceme una sonrisa.
Regálame tu sonrisa.

Mentime a creer que esto es verdad
Y no te arrepientas.

Mis mejillas estarán rojas. Marcadas.
Tendré la cara con tus manos
y mis manos
sobre las tuyas.

Al ruedo mi juego

Me voy a jugar un partido. Caliente.

Corro, me caigo, paso dos. Caliente.

Vuelvo en dos, me cago en dos.

Transpiro la camiseta

Me enojo a las patadas y los caños.

Gambeteada mal, pique corto,

Trompada al alma. Calientes.

Y meto un gol.

Le dedico el gol a ella en caliente.

Suspiro. No está.

Ella ni siquiera entiende el espíritu

de mi temperatura.

Que los ruidos te perforen los dientes,
como una lima de dentista,
y la memoria se te llene de herrumbre, de olores
descompuestos y de palabras rotas.
Que tu único entretenimiento consista
en instalarte en la sala de espera de los dentistas,
disfrazado de cocodrilo, y que te enamores,
tan locamente, de una caja de hierro,
que no puedas dejar, ni un solo instante,
de lamerle la cerradura.