11.4.14

LO MEJOR TRAS LO PEOR


Otra mañana estoica
hundida en los placeres
de los rituales matutinos.
Apago las luces para darme cuenta
que algunas cosas pueden iluminarse
con su luz propia. 
Cuando las primeras horas parecen
adquirir cierta disciplina,
me hago llegar noticias de su paradero.
Husmeo algunas de sus acciones
agitando sin motivo mi inacción.
Rápidamente vuelco las conclusiones
de liquido tibio en el plato y en la mesa.
El día se dispone a sacar lo mejor
y lo peor de mí.
Mientras tanto me importa poco
lo que elija
un trozo de carne humana
del otro lado de la ciudad.

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