17.9.13

Cerati y la literatura


Gustavo Adrían Cerati Clark, es el nombre propio de alguien que lleva la bandera emblemática de un rock con destino incierto. Desde el año 2010, el músico se encuentra internado tras un duro ACV luego de un show en Caracas.

Hace poco, salió un libro que lleva su nombre, Cerati en primera persona, (Ediciones B, 2013), escrito por una periodista, Maitena Aboitiz. Aunque todavía no pude leerlo, pero lo que sí leí es que el libro está compuesto por la descripciones del propio Gustavo, sobre cada momento de su vida y de su carrera. La autora recortó respuestas de muchas entrevistas que el cantante concedió y de sus apariciones en público. Es un estilo textual, crudo. Acaso el primer libro sobre él, en un momento oportuno, pues toda la expectativa recae en novedades sobre su salud y todos sabemos que cualquier genio cotiza más cuando está extinto.

Pero más allá de emparentar a Gustavo con este libro, quiero compartir unas cuantas consideraciones como seguidor de su música y estilo.


Soda Stereo

Cerati, empezó en los 80 con Soda Stereo, un nombre poco feliz para su conformidad pero que tuvo un éxito que ni él, ni sus compañeros- Zeta y Charly- se imaginaban. El trío fue la banda que atravesó las fronteras del país. Alguien alguna vez dijo que fundaron una forma de hacer rock en español. Estéticamente en sus comienzos la banda se parecía a The Cure, y sonaba como The Police pero en castellano.

En su primer disco homónimo en 1984, ya se podía entrever que algunas de sus letras tenían referencias literarias, por ejemplo en la canción “El tiempo es dinero” habla de Dorian Gray, personaje de la novela del famoso escritor irlandés Oscar Wilde, “El Retrato de Dorian Gray”. Cerati hace alusión a la obra, recrea al personaje en tono irónico. Las letras del álbum nos hablan de estética, de colores, espejos, pero en un verso nos advierte “Cuidado con Dorian Gray”. En el tiempo en que los medios de comunicación, el consumo y la carrera por verse bien era la novedad que crecía a pasos agigantados.

Por otro lado, dentro del circuito de músicos y artistas relacionados con Soda Stereo se encontraba Richard Coleman. Con quien Gustavo, paralelamente al éxito de Soda, entre 1985 y 1988 formó Fricción, allí Coleman ponía la voz, y Cerati se explayaba en guitarras y en la producción. Richard, el líder de Fricción, estaba influenciado por la poesía inglesa, con una estética gótica, poetas como William Blake o Dylan Thomas, con quien se dice que también el músico Robert Zimmerman cambió su nombre a Bob  Dylan por la admiración que tenia hacia el escritor.

En los 80 el rock nacional iba de la mano con la estética. Peinados nuevos, más producción en los shows y hasta maquillaje. Me recuerda al nacimiento del cine, cuando este toma recursos del lenguaje teatral. Las bandas sobre el escenario ya no eran mera música, ahora son estética, teatro, literatura, plástica, cine y televisión. Indudablemente algo ha cambiado.

Otras de las letras de Soda Stereo  que me llamó la atención fue Corazón Delator. Así se llama un cuento de Edgar Allan Poe. Esa canción resume la experiencia del personaje de la historia, en este caso Cerati se mimetiza en la obra de Poe para escribir, “Un dulce palpito, la clave intima, se va cayendo de mis labios”. Un interesante juego del músico, que luego pasó a tener una versión sinfónica ejecutada por una orquesta.

Cerati Solista

En su producción solita, Gustavo también lanzó un álbum a dúo con Daniel Melero. El trabajo se llamó Colores Santos. Melero siempre fue una gran contención artística para Cerati. Ambos se influían. Y la prueba clara está en el cover que Soda Stereo grabó en su primer disco “Trátame Suavemente” de Los Encargados, banda de Melero.

Daniel Melero tiene una concepción de arte que va más allá de la música y roza con la experimentación. Colores Santos fue un disco que no cerraba una idea con un simple escuchar, era un concepto. Cuando leí versos de García Lorca, encontré algunas coincidencias con algunas de las letras. En el poema Romance Sonámbulo repite varias veces “pero yo ya no soy yo” como también otro poema donde habla de “alborada”. Leyendo al poeta muchas palabras me transportaron a canciones de ese disco.

En trabajos posteriores como Amor Amarillo, Gustavo desarrolla su capacidad retórica. En la canción Verbo Carne, arroja oraciones como “Falló mi corazón y desde que partió su verbo vive en mi carne”. Y hay una metáfora que particularmente me gusta, de la canción Bocanada cuando dice “serpenteando la razón”. Una canción eternamente exquisita.

Luego, en sus demás discos Gustavo fue experimentado, cada nuevo álbum tenía una impronta estética y musical distinta. “Ahí Vamos” está cargado de rock con mucho trabajos en guitarras. El último disco, “Fuerza Natural” habla de una madurez musical y de una etapa de tranquilidad espiritual luego de consagrarse nuevamente con Soda Stereo en una gira mundial.

Muchas letras de Cerati pueden ser sencillas. Lejos de lo barroco de la poesía, apelan al mensaje directo pero irónico. Es otra manera de entender la música, con la cual particularmente me identifico. La música es un conjunto, la literatura también. Y una forma de escribir simple y sencilla es lo más difícil de alcanzar. El exceso de metáforas es un estilo, las letras cargadas de enigmas o con mensajes políticos, también responden a otra forma de entender la poesía.

Siempre defendí la premisa de que la poesía con la música son primas hermanas. Que es lo mismo que decir, la literatura con la música. Los músicos también leen. La música está repleta de literatura y viceversa. Es que el arte muchas veces no hace discriminación de géneros, ni de disciplinas. El arte está simplemente de cualquier forma escondida en cualquier lugar y espera que alguien se aventure en su búsqueda.

Izurieta


2 comentarios:

  1. Muy lindas palabras, pero te recomiendo cambiar la imagen de fondo o el color de la escritura, porque se dificulta la lectura. Besos.

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